¡EVALUEMOS CON RÚBRICAS!

¡Hola de nuevo!

Como cierre para las clases de Cristina, tratamos un tema fundamental para la docencia y que, personalmente, me preocupaba un poco, ya que apenas habíamos visto su aplicación real a un aula y suponía un gran interrogante en cuanto a las ya inminentes prácticas: la evaluación. Por suerte, ahora ya estamos un poco más familiarizados con esta parte imprescindible de la labor docente y, gracias al nuestras entradas en el blog, vamos a disponer de una versión resumida de los conceptos que nos servirá de guía en los próximos meses: ¡manos a la obra!

Para empezar, una diferenciación básica: no es lo mismo ‘evaluar’ que ‘calificar’. En la primera, valoramos los conocimientos, las aptitudes y el rendimiento del alumnado como un conjunto, teniendo en cuenta todos los elementos que interfieren en su proceso de enseñanza-aprendizaje, mientras que la segunda es simplemente medir el grado de conocimientos de un individuo de acuerdo con una escala establecida. Teniendo esto en cuenta, como profesoras/es disponemos de diferentes instrumentos para evaluar (y calificar) al alumnado, por ejemplo las rúbricas, las listas de chequeo o checklist, la observación e incluso las pruebas escritas u orales. Todas estas herramientas pueden ser usadas tanto por el/la docente (para evaluar tanto a la clase como a sí misma/o) como por el propio grupo-aula, por ejemplo, a modo de autoevaluación o de coevaluación. Además, hay tres tipos de evaluación, la inicial/diagnóstica, la continua/formativa y la final/sumativa. La primera, se lleva a cabo a principio del curso para comprobar los conocimientos previos, es decir, el punto de partida, y así adecuar los contenidos y las actividades a ellos; la segunda sirve para observar la actuación del alumnado durante el curso, o durante el desarrollo de las actividades, y poder así reforzar los puntos débiles o corregir aquellos aspectos que estén fallando, para así obtener mejores resultados; la última tendrá lugar por tanto al final del curso o de la unidad y en ella se valorarán los resultados que se han obtenido y la actuación del grupo-aula en las actividades. Por tanto, la/el docente, teniendo en cuenta el contexto de la clase, las actividades y los contenidos, deberá seleccionar el método/herramienta de evaluación más adecuado, teniendo en cuenta todas estas variables.




De entre todas las herramientas, en clase, nos familiarizamos especialmente con la ‘rúbrica’, que establece una serie de criterios a partir de los cuales valorar el trabajo del alumnado en una actividad e incluye descriptores para cada criterio correspondientes a diferentes niveles de calidad, que varían dependiendo del modelo de rúbrica (al menos tres). Para entender mejor su aplicación, por grupos, tuvimos que elaborar la rúbrica con la que valoraríamos la actividad de mediación que habíamos creado en el tema anterior; en mi caso, se trataba de un ejercicio de comprensión escrita y producción oral basado en el cartel del festival musical Arenal. En nuestro caso, establecimos como criterios de la rúbrica el ‘objetivo comunicativo’, la ‘fluidez y corrección’, la ‘argumentación crítica de su opinión’ y la ‘actitud comunicativa’ y utilizamos tres niveles de calidad de desempeño. En mi opinión, los puntos que valoramos en esta rúbrica se adaptan muy bien a la actividad, ya que lo que pretendíamos era que el alumnado comunicase la información con la corrección y fluidez necesaria para transmitir el mensaje y lo argumentase, estableciendo un diálogo crítico y respetuoso con su compañera/o. 

A continuación, tuvimos que explicitar cómo aplicaríamos la evaluación continua a esta misma actividad para asegurar, además, la autoevaluación del alumnado. En concreto, nosotras teníamos un buen punto de partida, ya que ya habíamos valorado la inclusión de una lista de chequeo en el primer momento de creación de la actividad, por lo que ya teníamos un gran paso dado. No obstante, la completamos y la mejoramos aplicando lo que habíamos visto en clase aquel día. Así, una de las aportaciones más notables fue la idea de negociar esta checklist con nuestro grupo-aula, para que conociesen personalmente cómo serían valorados y para que participasen de forma activa en su propio aprendizaje. Además, añadimos una coevaluación con esta herramienta entre parejas, justificando cada punto y proponiendo posibles mejoras. Por último, decidimos que el papel de la profesora sería pasar por cada pareja observando su actuación y haciendo preguntas relacionadas con la actividad para, finalmente, reunirse con cada una de ellas para explicarles su evaluación según la lista de chequeo. Finalmente, para concluir y como evaluación final, utilizaríamos Kahoot para comprobar que no quedase ningún contenido sin entender de forma lúdica y dinámica.




Como conclusión, he de decir que me ha sorprendido lo fácil que puede ser hacer una evaluación completa y activa, en contraste con nuestra experiencia personal, donde siempre han primado las pruebas escritas finales. Por ejemplo, si bien en el colegio sí que había una ‘evaluación contínua’ con trabajos y observación de nuestro desempeño en el aula, este no era realmente tenido en cuenta para nuestra evaluación; al final, siempre se resumía a la media de la nota de los diferentes exámenes. Si bien las pruebas tienen su papel en la valoración de la actuación del alumnado, debe de utilizarse cuando sea oportuno, ya que no siempre es el método más adecuado. Además, considero que la elección de las herramientas, además de en la eficacia con la que midan un tipo u otro de tarea, se debe de basar en la motivación del alumnado, ya que es un elemento clave para su aprendizaje. En esta línea, los exámenes, en muchas ocasiones, lejos de potenciar la motivación, fomentan la competitividad, la jerarquización del alumnado y, incluso, el abandono escolar. Por tanto, como docente, intentaré establecer un sistema más activo y, finalmente, más justo y motivador, con el que el grupo-aula se sienta identificado y que valore su día a día dentro de la materia.

A modo de despedida os dejo unos enlaces útiles sobre evaluación:

-    Ejemplos de herramientas de evaluación propuestos por el INTEF: https://cedec.intef.es/rubricas/

- Técnicas y estrategias de evaluación propuestas por el Gobierno: https://sede.educacion.gob.es/publiventa/PdfServlet?pdf=VP12222.pdf&area=E

-  Propuesta (exhaustiva) de una rúbrica de evaluación de la actividad docente de la Univesidad Nebrija: https://www.nebrija.com/unidad-tecnica-de-calidad-nebrija/pdf/rubrica-evaluacion-docente-1819.pdf



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