Interlengua: algo más que tener en cuenta

¡Hola a todos!

En esta entrada voy a hablar de un término nuevo para mí: la Interlengua. Denominamos ‘interlengua’ al «sistema lingüístico del estudiante de una segunda lengua o una lengua extranjera en cada uno de los estadios sucesivos de adquisición por los que pasa en su proceso de aprendizaje» (Centro Virtual Cervantes). Es decir, se trata de la ‘idea’ que tiene el/la alumno/a de la lengua meta en un punto específico de su proceso de enseñanza-aprendizaje. 

Se trata de un concepto muy útil dentro del aprendizaje del idioma, ya que es un modelo ‘distorsionado’ caracterizado por ciertos errores que el alumno/a debe solucionar para progresar en el conocimiento lingüístico. Por supuesto, esta ‘interlengua’ es personal de cada discente, ya que cada uno presenta unas distorsiones diferentes según sus conocimientos previos y el contexto que le rodea.

En el aula, este concepto puede ser una herramienta de gran utilidad, ya que como docentes debemos analizar de forma individualizada la intelengua de nuestro grupo, para ver sus fortalezas y sus debilidades y diseñar las didácticas más convenientes para su progreso. Obviamente, este proceso dura años, hasta que el alumno consigue dominar el idioma, por lo que no podemos resolver todos las distorsiones por nuestra cuenta en un único curso académico (es más, en mi opinión, nunca deja de haber una interlengua, ni siquiera al alcanzar el C2). Sin embargo, sí que podemos tratar de redireccionar alguna de ellas, insistiendo mediante distintos ejercicios y dinámicas y aplicándolo a distintos contenidos.

Dado que es un concepto relativamente nuevo, es muy difícil encontrar información específica de cómo utilizar este concepto en el aula más allá de los estudios teóricos. No hay ni propuestas de actividades, ni tareas, ni métodos… Además, teniendo en cuenta el sistema educativo y su funcionamiento, es probable que, hasta el momento, no se haya intentado muy insistentemente aplicarla de forma práctica al programa de enseñanza. No obstante, desde mi punto de vista, la clave fundamental para crear una dinámica de clase que valore la ‘interlengua’ radica en el diálogo.

Como docentes, para detectar las distorsiones del modelo de lengua de un/a alumno/a, debemos comunicarnos con él, buscar los fallos que comete, analizar de cuáles se da cuenta y de cuales no, ver si aplica las correcciones que ya se le han hecho… Es decir, me parece que la visión más completa y más exacta la vamos a conseguir mediante la interacción día a día, en vez de mediante las pruebas o exámenes.  

Además, esta interacción no debe ser solo docente-alumnado, sino que también debemos atender a la comunicación dentro del propio grupo-aula. En esta línea, una actividad que me parece interesante es la simulación de situaciones comunicativas reales, de forma que los disientes tengan que aplicar sus recursos lingüísticos (y todo su bagaje cognitivo) de forma improvisada y espontánea.



Así, me parece que la interlengua casa muy bien con el modelo de aprendizaje constructivista. En mi opinión, el alumno debe de tener un papel protagonista, ya que, por mucho que le corrijamos, es él el que tiene que redireccionar sus errores. Por tanto, como docentes, debemos proponerles trabajos de diversa naturaleza y en distintos ámbitos, para que puedan identificar sus errores y tratar de rectificarlos. Por supuesto, además, debemos darle explicaciones y proponerle soluciones, pero siempre desde el papel de guía.




Por ejemplo, me parece muy interesante la propuesta de autorrevisión y autocorrección o la corrección entre compañeros/as. Personalmente, durante la carrera, tuve una profesora que en vez de corregirnos las traducciones, nos señalaba los errores utilizando un código de colores y nosotras debíamos analizarlos, descubrir qué estaba mal y encontrar la solución correcta. Repetía este proceso dos veces, de forma que, al final, le entregábamos un texto prácticamente correcto. En concreto, este método de corrección me pareció que tenía muchas ventajas respecto al tradicional. En primer lugar, nos obligaba a fijarnos en los errores y a buscar la forma de solventarlos por nosotras mismas, por lo que acabábamos asimilando y evitábamos cometerlos en el futuro. Además, adquiríamos muchos conocimientos nuevos a partir de las búsquedas de soluciones y se fomentaba el trabajo en equipo, colaborando con nuestras compañeras en la corrección de los mutuos textos y valorando las opciones que proponían las demás. 

Por supuesto, también podría tener un punto negativo, ya que, si no se lleva a cabo de la forma adecuada el alumnado se puede acomodar y no esforzarse en las traducciones iniciales, para corregir todo en la entrega final. No obstante, mi profesora lo aplicó muy bien, ya que las diferentes entregas contaban para la nota final en porcentaje descendiente, de forma que todos contaban bastante, pero la primera la que más.

Como conclusión, la ‘interlengua’ se presenta como un concepto más que añadir a la lista de los numerosos aspectos que debemos tener en cuenta como docentes. Sin embargo, en m jerarquía, lo situaría como una de las bases, ya que me parece fundamental que el/la alumno/a sea el que toma la iniciativa de su propio aprendizaje; de lo contrario, por mucho que le corrijamos sus errores en ejercicios puntuales, nunca llegará a asimilarlos. Por otro lado, en el contexto actual, aún queda mucho que investigar y que avanzar en la aplicación de esta idea al sistema de enseñanza de lenguas. No obstante, es algo que queda en nuestras manos, por lo que debemos de valorar este concepto y aplicarlo cómo futuros docentes de idiomas que seremos.

BILBIOGRAFÍA: 

CITADA:

Centro Virtual Cervantes. Interlengua. Diccionario de términos clave de ELE. Recuperado de: https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/interlengua.htm 

CONSULTADA:

Drombé Djandué, B. (2015). La interlegua en la acción pedagógica del profesor marfileño de ELE. Revista Electrónica del Lenguaje, núm. 2. Recuperado de: 


Estaire, S. (2011). Principios básicos y aplicación del aprendizaje mediante tareas. Marco ELE, revista de didáctica español como lengua extranjera, núm. 12. Recuperado de: https://marcoele.com/descargas/12/estaire-tareas.pdf 

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